[Documental] The Punk Syndrome (2012)

The Punk Syndrome

Pertti (guitarra), Kari (voz), Sami (bajo) y Toni (batería) son los integrantes de un grupo de punkrock de Finlandia, Pertti Kurikan Nimipäivät. Ensayan, componen, graban en un estudio, actúan y salen de gira. Nada insólito si no fuera porque los cuatro sufren discapacidades psíquicas en mayor y menor grado. El documental, dirigido por Jukka Kärkkäinen y J-P Passi, acompaña a los cuatro durante sus sesiones estrictamente musicales pero también ofrece un retrato social sobre cómo afectan sus minusvalías a su entorno diario, del sistema de servicios sociales finlandés y recoge sus apuntes respecto a la política, el amor, la familia, el futuro y las obligaciones.

Los directores muestran con respeto y cariño imágenes que van desde la ternura (una fiesta de cumpleaños, una pedida de mano, una celebración por un recién nacido) a la admiración (la pasión innata que muestran en sus actuaciones en directo), pero también la incomodidad (episodios de incontinencias, tics o peleas entre los miembros de la banda). Un filtro que intenta normalizar una carrera musical como cualquier otra pero no huye de los momentos en que se manifiestan sus patologías y limitaciones de un modo contundente.

Uno de los episodios más divertidos es el de la visita a la pedicura, momentos después de una pelea entre Kari y Sami que termina en una conmovedora reconciliación sutil tras la derrota del último en un concurso de fuerza en el que participa.

Entre ensayos y actuaciones, seguimos a cada uno de ellos con los asuntos que les preocupan o que generan su interés. Sami es militante de un partido político, Kari se compromete con una mujer y habla sobre crear una familia, Toni visita un centro de pisos asistidos para independizarse cuando sus padres falten y Pertti es el miembro más veterano de la banda y el más activo musicalmente, algo así como el líder al que vemos componer y escribir en una habitación repleta de discos e incluso meditar sobre la música (“¡Odio la música punk!”, exclama en un momento).

Lo más destacable del documental es la propia reflexión que hacen los cuatro sobre su situación. Conscientes de su enfermedad, se sirven de la música para pedir respeto y plasmar en las letras la rabia y la inconformidad ante sus quebraderos de cabeza más cercanos como los pisos asistidos o los centros sanitarios. Aunque también le cantan a aquello que les hace sentir bien, ya sea una taza de café o una fiesta de cumpleaños.

Les acompañan en todo momento algunos familiares y un manager del que no se recoge ninguna declaración, pero basta su presencia omnipresente en todo tipo de situaciones para deducir el apoyo constante que representa para ellos.

La música es su trabajo, así lo manifiestan en varias ocasiones. Una dedicación absoluta hacia un mundo que no les queda grande, al que se han amoldado (su ropa, su actitud, la manera de pensar) y que les recibe con una mezcla de curiosidad y admiración (vemos gente en el público que corea sus canciones como si les cantaran a Black Flag). Actitud y sinceridad, dos de los pilares básicos que han definido la historia del punk a lo largo de los años y algo de lo que Toni, Sami, Kari y Pertti van sobrados.

Muy recomendable.

 

Binaural

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